Montblanc llega al desierto


El reloj Montblanc 1858 Geosphere llega al desierto

Después de subir montañas, descubrir bosques y explorar glaciares, el nuevo Montblanc 1858 Geosphere Edición Limitada a 1858 piezas está inspirado en los colores del desierto. Este nuevo tema es también un guiño a la travesía en solitario de 2000 km que hizo Reinhold Messner en el 2004 por el desierto del Gobi, donde soportó temperaturas extremas tanto de frío como de calor.

Desde los cronógrafos militares y el espíritu de la exploración hasta los relojes Montblanc 1858
Los legendarios cronógrafos profesionales Minerva de las décadas de 1920 y 1930, creados para uso militar, eran precisos, legibles y resistentes a las condiciones extremas. En una reinterpretación de estos modelos históricos inspirados en el espíritu de la exploración, los relojes Montblanc 1858 están diseñados y concebidos como herramientas útiles que enlazan el pasado con el presente a través de la historia, las complicaciones y del estilo.

Montblanc 1858 Geosphere Edición Limitada a 1858 piezas con una gama de colores del desierto
El Montblanc 1858 Geosphere es uno de los iconos clave de la línea Montblanc 1858, con sus dos característicos globos giratorios y abombados de los hemisferios, además de una complicación propia de la marca con todas las zonas horarias. Inspirándose en las exploraciones del legendario alpinista Reinhold Messner, Montblanc presenta el nuevo Montblanc 1858 Geosphere Edición Limitada a 1858 piezas, que rinde homenaje a su travesía en solitario de cinco semanas por el desierto del Gobi en el año 2004. Este reloj, que reproduce la paleta de colores del terreno rocoso, combina armoniosamente una caja de bronce micropulida con arena con un grabado especial en el reverso, un bisel cerámico bidireccional en marrón brillante, una esfera lacada en marrón ahumado y beige, y una correa a juego de piel de becerro Sfumato en tono marrón vintage.

El reverso de la caja, que está inspirado en la travesía en solitario de Reinhold Messner el en año 2004, presenta un grabado único de los famosos «acantilados llameantes» o Bayanzag del desierto del Gobi, que estaban en la ruta de Messner por el norte de Asia. Estos acantilados son famosos por los destacados hallazgos ancestrales, en especial los del paleontólogo norteamericano Roy Chapman Andrews, que en 1920 encontró especímenes de velocirraptores y huevos de dinosaurio fosilizados. Roy Chapman Andrews bautizó este lugar con un nombre que hace referencia a los colores rojizos y anaranjados de los acantilados de arenisca, ya que al ponerse el sol adquieren las tonalidades del fuego. El reverso de la caja también muestra una rosa de los vientos con una decoración que representa el viento con patrones inspirados en los ornamentos mongoles tradicionales.

Montblanc utiliza una técnica muy especial para destacar el desierto del Gobi en el reverso del reloj, que permite representarlo realmente en tres dimensiones para aportarle profundidad y realismo, como si de una fotografía se tratara. En primer lugar, hay que estructurar el metal de titanio, lo que implica que la decoración se grabará con láser teniendo en cuenta el relieve del dibujo. Seguidamente, se le aplica el acabado deseado (mate o brillante) también con láser. La última fase es la coloración. Los colores se crean por oxidación generada por láser. Se obtiene el color final deseado según el grado de oxidación. Montblanc es una de las Maisons suizas más avanzadas en emplear esta tecnología en una superficie tan grande. Esta innovación sigue el espíritu de exploración de la marca.

Se ha prestado una atención especial a la esfera, con una gradación de color que va del marrón ahumado al beige. El acabado lacado, que se combina con elementos revestidos de un cálido oro rosa, como las agujas y los índices aplicados, aporta el toque final al diseño de este moderno y práctico reloj. Para que la legibilidad sea excelente, el indicador de día/noche, las agujas tipo catedral, los índices, las indicaciones de brújula y los globos de los hemisferios están revestidos de Super-LumiNova® beige aplicada a mano.

El Montblanc 1858 Geosphere Edición Limitada a 1858 piezas tiene el calibre automático de manufactura MB 29.25. Esta complicación característica muestra los dos hemisferios para ofrecer una manera instintiva de leer las diferentes zonas horarias. Los dos globos giratorios y abombados de los hemisferios de este reloj, a las 6 y las 12, están rodeados por una escala fija con las 24 zonas horarias e incluyen un indicador de día/noche revestido de oro rosa y de color marrón (para ambos hemisferios). El meridiano de referencia de la longitud para ambos hemisferios se resalta una línea negra revestida con Super-LumiNova®. Además, a las 9 hay una segunda zona horaria, que puede utilizarse como indicación de la hora del lugar de residencia. A las 3 hay una ventanilla con la fecha (vinculada a la hora local).

El mecanismo es fácil de configurar. Con la corona en la posición 2, el usuario ajusta en primer lugar los hemisferios giratorios sincronizando la línea GMT/UTC con la hora de Londres (indicada con una línea negra en los cristales abombados) y seguidamente ajusta los minutos. Los dos globos ya estarán sincronizados. El hemisferio sur gira en el sentido de las agujas del reloj y el hemisferio norte, en sentido contrario. El siguiente paso es ajustar la aguja de las horas según la hora local (con la corona en la posición 1, mediante el sistema de ajuste rápido con incrementos de hora; los globos no giran), con lo cual también se pone la fecha. Por último, la segunda zona horaria, que puede utilizarse para saber la hora del lugar de residencia, está a las 9 y puede ajustarse mediante un corrector situado a las 10.

El toque final del Montblanc 1858 Geosphere Edición Limitada a 1858 piezas lo aporta una correa de piel de becerro Sfumato en marrón con costuras beige de estilo vintage.

Reinhold Messner y el desierto del Gobi
El desierto del Gobi, con una extensión de 1600 km entre China y Mongolia, es el mayor de Asia y el quinto del mundo. También es uno de los yacimientos paleontológicos más famosos, ya que en él se han encontrado fósiles de gran importancia. Este desierto es una combinación de arena y roca desnuda. Ha jugado un destacado papel histórico como parte del Imperio mongol, dado que había varias ciudades importantes situadas a lo largo de la Ruta de la Seda.

En el 2004, Reinhold Messner fue la primera persona en cruzar el desierto del Gobi en una travesía en solitario de 2000 km. En pos de un antiguo sueño, esta leyenda del alpinismo quería cruzar el desierto del Gobi a su modo: en solitario y sin ningún tipo de soporte logístico. Su marcha de 2000 km a través del Gobi occidental y cruzando el macizo de Altái supone para él no solo una experiencia al límite sin precedentes, tanto física como mentalmente, sino también un acto de perseverancia con un desenlace incierto. «No puedes vencer al Gobi, porque la vista de este vacío es casi insoportable», escribiría más tarde en su libro Gobi.