Estrellas Tailandesas


[gss ids=”2764,3358,3359,3360,3362,3363,3364,3365,3366,3367,3368,3369,3370,3371″ options=”timeout=4000″]

4 Four Seasons para sentirse el rey de Siam

Por / Fotos Patrick Monney

Tailandia se visita con un ritmo sosegado y apasionado, internándose en el bullido de las ciudades y la serenidad de sus campos donde lucen los arrozales. Estas son cuatro joyas para alojarse en la fascinante e intrigante Tailandia.

Four seasons BANGKOK

Bangkok, ciudad de palacios y pagodas, me abre la puerta del Four Seasons Bangkok, un monumento elegante que me sumerge dentro del lujoso decorado contemporáneo.

El lobby intriga por sus elefantes repartidos en el salón, donde también me encuentro con el bar, perfecto para disfrutar de la vida sofisticada con cocteles y botanas. Sobre los patios laterales, me refresco en estanques, cascadas y la alberca, que me invitan a nadar en un jardín tropical.

Las habitaciones son dignas de un palacio: refinadas, sofisticadas y con adornos que recuerdan el pasado glorioso.

Sus restaurantes son el esmero del buen vivir: Taste by Four Seasons, es una cocina de creación de los mejores chefs Four Seasons para degustar, por ejemplo, de: Diego Irrera’s Ribeye, Igor’s Red Pepper Risotto o Frederic Vardon’s Veal and Mushroom. Por otro lado, este recinto también invita al Shintaro, un “Signature” Sushi Bar con los más exquisitos sushis y sashimis; Madison, diseñado por Toni Chip, ofrece carnes y mariscos en un ambiente sofisticado; Spice Market, nombrado el más delicioso restaurante Thai de Bangkok, presenta deliciosas preparaciones de pescado, puerco, pollo o res vueltos en manjares; Biscotti es el italiano. No puede faltar un espacio sobre el hermoso jardín, donde se ubica Aqua, el cual ofrece cocteles deliciosos y refrescantes; The Terrace, es el sabor mediterráneo y tailandés.

En una ciudad con tanta historia, y dentro de un hotel tan lujoso, no pierdo la oportunidad de un masaje aromático. En el Spa, la sensualidad del decorado, las esencias, los perfumes y su voluptuosidad, me transportan en un refugio seductor. Los famosos masajes, como el Ayurveda, utilizan los flujos energéticos del cuerpo para restaurar el equilibrio mental y corporal, que me llena de energía para adentrarme en la tumultuosa Bankok.

www.fourseasons.com/bangkok

Four seasons TENTED CAMP

Cerca de Chiang Rai, en el famoso Triángulo de Oro y en medio de un bosque de bambúes, me alojo el fastuoso Four Seasons Tented Camp; el más lujoso hotel de lona en el mundo.

Sus 15 suites-carpas, gozan de una terraza de madera con vista privilegiada sobre el río Ruak –que divide Tailandia de Myanmar –, y permiten admirar las colinas de Tailandia, Myanmar y Laos; mismas que se adornan con templos, estupas y Budas gigantescos. Cada suite está decorada al estilo de las expediciones del siglo XIX, con un sabor exótico a la Indiana Jones y piso de teca: la tina parece de marfil sobre cobre, las llaves del agua imitan unos cuernos, el escritorio es de un explorador inglés, la ducha se encuentra al aire libre y el mosquitero adorna la cama como un cielo para soñar con la aventura de Anna Leonowens –que vivió 6 años en la corte del rey de Siam, tal y como lo describe Margaret Landon en su libro–.Me dejo sorprender por la atmósfera exótica del restaurante con panorámica hacia el río. Aquí, degusto de refinada cocina local con sabores y especias exóticas, que se proyecta en los platillos tailandeses de fusión. En el desayuno, un grupo de elefantitos nos visitan y les ofrezco plátanos y caricias.

El bar surge de una novela de R. Kipling, con adornos traídos de viajes extravagantes, bajo un techo de mimbre y donde observo las más bellas puestas de sol sobre el río Ruak. El Spa, perdido en medio del bosque de Bambúes, me consiente con los fantásticos masajes, acompañados por el aroma de los inciensos, aceites esenciales, así como de la selva. La piscina es mi lujuria y los caminos misteriosos me llevan por el bosque, pasando por un puente colgante.

Me dejo llevar por los días inolvidables que me organizan en el Camp: soy Mahout y dirijo mi elefante con palabras y presión de los pies; asisto a un juego de polo sobre elefantes; ceno en el bosque bajo el cielo blanco de estrellas; descubro la selva tropical y el río Mekong en lancha; visito los templos cercanos, el mercado local, el Museo del Opio; conozco las tribus de las montañas y las mujeres jirafa o Padaung –que alargan su cuello con anillos de metal –; observo a los pájaros, pesco en el Mekong y asisto a clases de cocina.

El Four Seasons Tented Camp es una aventura surgida de la imaginación de un novelista del siglo XIX, donde vivo con lujo y refinamiento la intensa emoción del Triángulo de Oro, disfrutando de un singular encuentro con elefantes.

www.fourseasons.com/goldentriangle

Four seasons RESORT CHIANG MAI

Chiang Mai es la antigua capital de templos, muralla y un ambiente de misticismo que convive insólitamente con una fiesta perpetua.

En medio de los arrozales del valle de Mae Rim, el Four Seasons Resort Chiang Mai me sorprende con su lobby adornado de maderas preciosas, flores y fuentes. El hotel, es un círculo de edificios tailandeses de 2 pisos que rodean un arrozal, donde la gente trabaja, así como un estanque donde brincan los peces. Es un escenario soberbio dominado por montañas cubiertas de selva, que queda inmerso en la música de cascadas y canto de pájaros.

La habitación me acoge con madera de teca, flores y telas finas. Desde mi terraza, puedo ver el arrozal, donde un búfalo de agua camina pacíficamente.

Las dos piscinas se comunican por una cascada en medio del arrozal, y son un paraíso para relajarme. Cuando cae la noche, las velas y antorchas se encienden dentro de ese paraíso verde y forman un escenario perfecto para cenar en la terraza del restaurante Sala Mae Rim; donde degusto los excelentes platillos de la cocina del norte de Tailandia: Thord Man Goong (Cake dorado de camarones con salsa de ciruela) o el famoso Gaeng Phed Yang (Pato asado al curry rojo de coco y frutas).

En la escuela de cocina, bajo un techo de palapa, realizo las recetas de los grandes chefs tailandeses y degusto mis platillos.

El Spa parece un templo budista, de madera con olores de incienso y del campo fresco que lo rodea. En él, me relajo gozando de los masajes Thai, impregnado de sabiduría oriental y Ayurvedic.

La unión de la tradición ancestral Thai campesina y el estilo de vivir de los reyes tailandeses, junto con las esencias naturales, hacen del Four Seasons Resort Chiang Mai un verdadero tesoro del mundo.

www.fourseasons.com/chiangmai

Four seasons KOH SAMUI

En el sur del Golfo de Siam, Koh Samui es un auténtico paraíso de playas blancas lamidas por el mar turquesa, que rodea la isla cubierta de vegetación tropical. El Four Seasons Resort Kho Samui, se ubica en un peñón que domina el mar entre rocas y selva, con vistas surgidas de un sueño.

La playa, escondida al pie de la erguida colina tropical, me seduce con su arena blanca, mar tranquilo y una gran piscina en medio de palmas de coco; muy cerca restaurante de playa.

Las villas, son una joya tailandesa con alberca privada, cascada y una inmensa terraza al lado del jardín privado bajo la sombra de las palmas. El lujo me acoge para vivir una jornada cotidiana de príncipe, vibrar con los olores del ambiente y gozar de mi grandiosa suite.

Cuando baja el sol en el horizonte, alumbrando las islas del Ang Thong Marine National Park, alucino con la vista desde el restaurante Lan Tania; anidado en lo alto de la colina. Las velas flotan sobre los estanques que rodean el restaurante, la brisa del mar refresca el aire y aún no me decido por mi platillo, pues entre las opciones encuentro: el Pla Thord Nam Ma Kam (Pescado dorado con salsa de tamarindo y hojas de Pandan), el Mong Korn Pon Fai (Langosta asada con chile seco en salsa de ostras y nueces de la India) o el Choo Chee Gong Lai (Camarones gigantes en salsa de curry y hojas de limón). Las carnes son preparadas con la tradición del sur.

Una tarde, tomo el camino misterioso se hunde en la selva hacia el Spa, donde las salas privadas ofrecen un tratamiento al aire libre o en el interior. Las técnicas utilizadas son una fusión de tratamientos Thai, Yogic y de otras culturas asiáticas.

Koh Samui, isla paradisiaca, tiene su tesoro: el Four Seasons, un rincón de nirvana donde medito dentro del lujo tropical.

www.fourseasons.com/kohsamui

Tailandia es todavía la Asia auténtica, donde el arte de recibir me consiente con honor. Estos cuatro Four Seasons son parte del placer de viajar en ese país, con arte y dulzura.