TRES DESTINOS CASI DESCONOCIDOS DE FRANCIA


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Ve más allá de París y déjate sorprender por hermosas playas, ciudades medievales, rutas vinícolas y castillos

por AZUCENA PACHECO
fotos AZUCENA PACHECO Y CORTESÍA

Generalmente cuando pensamos en Francia, lo primero que viene a nuestra mente es París, sin embargo, este país cuenta con infinidad de destinos sorprendentes que van desde playas, ciudades medievales, rutas vinícolas y valles infinitos con castillos de ensueño. Aquí tres destinos representativos que debes conocer.

Carcassone,
Capital del Aude: Fortaleza medieval

La ciudad medieval mejor conservada del mundo se encuentra a siete horas de París, por lo que es muy recomendable utilizar el servicio de tren nocturno de Rail Europe, que sale desde la terminal Paris Austerlitz. El servicio es realmente confortable, con camarote privado y camas muy cómodas que te permitirán llegar al destino completamente descansado.

La Cité es un complejo medieval del siglo XI que ostenta 52 torres y tres kilómetros de murallas en perfecto estado de conservación. Dentro encontrarás casas medievales, tiendas, restaurantes y hoteles. Su primer nombre fue Carcasso (que significa Coraza), y a lo largo de la historia fue conquistada por visigodos, sarracenos y francos.

La puerta Narbonaisse es el acceso principal, donde nos sonríe la efigie de la Dama Cárcass, reina musulmana que logró desterrar a Carlomagno tras cinco años de asedio a través de astutas tácticas psicológicas.

Durante su apogeo, Carcassone fue habitada por los Cátaros, influencia que se nota en el Castillo Comtal, con tres torres redondas, un castillete en la entrada, y el foso sobre el que se extendía el puente levadizo. Muy cerca está la Catedral gótica de Saint-Nazaire y de Saint-Celse, del siglo XII. Hay que conocer también la Puerta del Aude, el Teatro del Casco Antiguo y La Palestra, el espacio que separa a los dos recintos amurallados.

También es recomendable navegar a través del Canal Du Midi, Patrimonio Cultural de la Humanidad, y vía de unión entre el Atlántico y el Mediterráneo. El puerto se encuentra frente a la estación de tren, y es posible rentar una embarcación para un paseo íntimo y sin prisas.

Aquí es indispensable degustar la Cassoulet (guiso de alubias blancas con carne de perdiz) y los Escargot à la Languedocienne (acompañados de cebolla, jamón, tomates y persillade).

Reims, capital de Champagne-Ardenes:
la zona vinícola francesa

A sólo 45 minutos de la terminal Gare du Nord en París, el tren vuelve a ser el medio de transporte más propicio, ya que recorre en este corto tiempo los 160 kilómetros que la separan de la capital francesa.

Aquí es indispensable descubrir las vinícolas productoras de Champagne, entre las que destacan la bodega Taittinger, con cavas subterráneas de más de nueve siglos de antigüedad, Villa Demoisellle, enclavada en un impresionante chateau Art Noveau, o el chateau Domain Pommery, entre muchos otros. En todos ellos aprenderás el proceso de elaboración e historia, tanto de la bebida más cara del mundo, como de las casas que lo producen.

Por otro lado, en el centro histórico de la ciudad, te verás rodeado por una atmósfera entre cosmopolita y tradicional, con edificios medievales, como la Casa de los Condes de Champagne, neoclásicos como la Place Royale, o romanos, como la Puerta de Marte, aunque la arquitectura predominante es Art Decó.

Imperdibles son el Palais Du Tau, que fuera residencia de obispos y que ahora funge como el Museo de Arquitectura de la Catedral, y cerrar con broche de oro con una de las catedrales más hermosas del mundo: Notre-Dame Du Reims, la Imbatible.

Este recinto del siglo XIII, donde se coronaron 25 monarcas franceses y Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO, resistió ataques nazis durante cuatro días y cuenta con una estética fuera de lo común, llena de ángeles monumentales.

Poco después, la derruida iglesia fue reconstruida por magnates, pobladores y artistas, lo que es evidente en sus vitrales, algunos de ellos originales, y otros tantos del Siglo XX, diseñados por artistas como Marc Chagall.

Aquí es necesario probar, además del champagne, la gran variedad de quesos, chocolates y biscochos artesanales.

Le Mans, capital de Sarthe: velocidad, cultura y glamour
A hora y media de la terminal Paris Montparnasse, Le Mans ofrece una de las carreras más importantes de la historia del automóvil: las 24 horas de Le Mans, que data de 1923 y en la que han participado los pilotos más experimentados y famosos del mundo, como Jacky Icks, Derek Bell y Tom Christensen, entre otros.

Esta ciudad cuenta con tesoros históricos y patrimoniales, como el Palacio de los Condes. En los barrios más antiguos se puede admirar una muralla romana de los siglos III y IV, y una centena de casas medievales, edificios del Renacimiento y la Catedral Saint Julien, que mezcla los estilos románico y gótico. Este edificio ha sido elegido por numerosos directores de cine como locación.

Además, la ciudad es conocida por su gastronomía y, sobre todo, por su especialidad elaborada con carne de cerdo, las rillettes, un “pate” de corte grueso que se acompaña de pan tostado y cuya cocción es de aproximadamente dos horas.

Para probar esta y otras especialidades, la ciudad cuenta con muchos restaurantes para los paladares más exigentes, desde tradicionales bistrós hasta templos sibaritas con estrellas Michellin. Sea cual sea tu preferencia, los platos salados o los dulces, hay para todos los gustos: la famosa “marmitte sarthoise”, las galletas Sablé, el vino de Jasnières, entre otras delicias.

LA MEJOR ÉPOCA PARA VISITAR:

Carcassone: Durante la fiesta que conmemora la Revolución Francesa, el 14 de julio, cuando la ciudad amurallada se ve iluminada por infinidad de fuegos artificiales.
Reims: En verano y vendimia, específicamente en agosto, cuando los frutos de la vid están en su apogeo.
Le Mans: Durante las 24 horas de Le Mans, en el mes de junio, con fecha variable.

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