SENCILLO GIN TONIC


Todas las modas regresan y también es el caso de las bebidas. Como ejemplo muy presente tenemos al emblemático Gin Tonic de Frank Sinatra, una preparación que no deja de remitir al glamour entre bares de madera.

No es casualidad que la mayoría de los lugares donde el Gin Tonic se muestra como estrella, tengan ese estilo chic casual de las cantinas los años veinte, aunque claro, cuando algo está de moda se encuentra por todos lados.

Esta bebida, por donde aparezca, se puede clasificar como práctica. Primero por ser eficaz para los lugares que la presentan como principal (y también para aquellos que la ofrecen, aunque pensándolo bien, hoy en día ¿quién no lo hace?), pues su regreso ha sido sumamente potente y eso les permite alcanzar –más fácilmente– buena reputación.

Funcional también desde sus comienzos, atrás en el tiempo, cuando un investigador de la Universidad de Leiden buscaba una mejora para la función renal, en una época en la que ya se conocían los efectos diuréticos del Etanol. Franz de la Boé (nuestro científico monumental), decide añadirle bayas de enebro al Etanol –para que macerara bien en el alcohol–; es así como nace la ginebra. Como segundo punto (e ingrediente) aparece el agua tónica, también sumamente vigorosa, cuando Jean Jacob Schweppe describe el primer proceso industrial para obtener agua mineral carbonatada artificialmente.

Y todo esto ¿por qué es funcional? Punto número uno, y a beneficio de casi todos, las sodas de frutas tomaron su fama después de que Schweppe fundara su propia compañía: J. Schweppe & Co en Londres; y punto número dos, Jean Jacob también vino con la idea de incluir quinina en la soda carbonatada de naranja para producir agua tónica; una bebida que, además de ser refrescante, funciona como medicamento para combatir la malaria. Después de todo lo anterior, y finalmente, el Gin Tonic es funcional gracias a la sencillez de su preparación.

Muchos afirman que lo más sencillo termina por ser lo más complicado, y muchas veces así es.

De hecho, para lograr un Gin Tonic digno de aprecio hay que hacer caso a algunos puntos específicos; respetando, principalmente, las burbujas características del agua tónica, mismas que deben quedar intactas en el cóctel. Hay que saber también que, como en casi todo, la marca tanto de ginebra como de tónica que se utilice, es esencial para lograr una bebida perfecta. Cabe añadir que las tónicas más recomendadas para elaborar Gin Tonics, son las que despuntan en sabores y aromas cítricos, lo cual nos ahorra la idea de agregar jugo de limón a la mezcla –aunque sea una costumbre en varios países–, pues el ácido reacciona con el óxido carbónico de la tónica, reduciendo considerablemente sus burbujas.

El Gin-Tonic es una bebida sumamente fresca y todos sus ingredientes deben responder a ello, por eso debería estar prohibido usar tónica caliente, ya que la solubilidad del dióxido de carbono varía en función de la temperatura. Muchos aficionados también se empeñan en utilizar la Cucharita Imperial para la preparación “porque permite el lento descenso de la tónica hasta tocar el primer hielo”; pero –a menos que quieras llamar la atención–, esto también hay que descartarlo, pues en el camino se van perdiendo las propiedades del agua carbonatada. Todos sabemos que si agitas un refresco se pierde su gas, por eso tampoco hay que remover el cóctel. Cabe indicar que la ginebra necesita oxigenar para desprender sus aromas artesanales, por lo que, mientras más ancha sea la boca del envase ¡mejor!

A continuación, el consejo de algunos establecimientos que respetan –excelentemente– las últimas recomendaciones, todos ellos con un toque especial.

Esperemos que no pero, si buscas recordar los efectos curativos del Gin Tonic, ¿mencionamos que se considera como un magnífico digestivo? debes visitar Gin Gin, que remite –literalmente– al entrar de un herbolario grande y antiguo. La ventaja es que aquí puedes elegir la preparación de tu cura o bien, respetar la clásica (gin, agua tónica y una rodajita de limón). Aunque el sabor de las bayas de enebro es gran parte de que la ginebra sea ginebra, añadir otros ingredientes solo lo hace mejor. Diferentes hierbas y botánicas usualmente se mezclan para hacer ginebras de firma que resalten entre las demás. Las distintas ginebras y aguas tónicas son el secreto de Gin Gin. Otra de las virtudes de este lugar es que, una vez identificado tú antojo: seco, afrutado, fresco, dulce; la sommelier te ayudará a elegir la mejor combinación entre la ginebra y especias, logrando un cóctel capaz de sorprender a cualquiera.

Comer delicioso y luego tener un trago que ayude a la digestión suena como un muy buen plan. Para ello, está Butcher and sons. Una propuesta sumamente original que elimina el protocolo, sin perder el toque gourmet del cóctel. Éste, es un deli que organiza “Tardes de Gin & Tonic”, las cuales comienzan en la receta original pasando por variantes con frutos rojos, hasta terminar con la opción para llevar en una bolsita ¡cuidado de no agitarla!

Otro lugar más pequeño y sencillo, pero donde se encuentran deliciosas ensaladas y sándwiches tipo brunch, es Belmondo. Cuenta con varias combinaciones de Gin Tonic, desde frescos con albaca, dulces con moras y atrevidos con pimienta.

Romita Comedor, o mejor conocido como La Romita, es otra gran opción para tomar un cóctel de moda en un lugar muy a la moda. Recomendación: sí buscas ir en fin de semana y en la noche, a menos que quieras estar en la barra, no olvides hacer reservación. Como su nombre indica, éste lugar es un comedor, por lo que no faltan deliciosas entradas como Aguachile de Caracol, o bien, platos fuertes desde Carnitas de Pato hasta Pulpo a las Brasas.

El efecto embriagador de la ginebra no se ha olvidado, de ahí la recomendación de ir al M.N. Roy, un club privado que coloca al Gin Tonic como estrella entre sus cocteles.

No esperes hasta el 19 de octubre para tomar un Gin Tonic o para visitar alguno de estos lugares, pues justamente en esta fecha se celebra –desde el 2010– el Día Internacional de Gin Tonic. De seguro un día que se verá a varias personas con un espacioso vaso en la mano, lleno de una bebida trasparente y adornado con una rodaja de limón, pepino, más uno que otro curioso con moras, fresas o hasta regaliz.