JÖEL ROBUCHON, EL REY MICHELIN



Este chef de origen francés es uno de los grandes maestros de la cocina actual y un referente en el mundo gastronómico, 31 estrellas Michelin avalan su excelencia.

En pocas palabras, es uno de los mejores cocineros de todos los tiempos. En el mundo de la alta cocina, no hay chef viviente como el renombrado Joël Robuchon. El maestro de la gastronomía francesa, quien lleva en honor y orgullo de ser el chef con más estrellas Michelin del mundo, no solo es conocido por mérito propio gracias a su cocina, sino también por formar a algunos de los mejores chefs.

Jöel Robuchon nació en Poitiers, Francia. Ávido de conocimiento, inició su carrera a la temprana edad de 15 años, tras viajar a lo largo y ancho de su país natal, logró aprender distintas técnicas, sabores y métodos para crear su propio concepto gastronómico. A los 28 años de edad tuvo su primer cargo como chef ejecutivo en el Hotel Lafayette de París donde obtuvo el título de Mejor trabajador de Francia; a los 29 años recibió su primera estrella Michelin, al año siguiente obtuvo la segunda, y al otro, la tercera. En 1987 se proclamó Cocinero del Año y, en 1990, Cocinero del Siglo.

A los 32 años abrió su primer restaurante, y desde entonces ha levantado un imperio con el sello Joël Robuchon, con más de 25 restaurantes alrededor del mundo: desde Bangkok, Burdeos, Hong Kong, Las Vegas, Nueva York, Canadá, Londres, Macau, Monaco, Paris, Singapure, Taipei, hasta Tokyo. Su primer restaurante fue el L’Atelier en París, replicado alrededor del mundo; además salones de té y pastelerías que perpetúan el sabor de Joël Robuchon.

De penetrantes ojos azules y amplia sonrisa, a Robuchon le han llamado el Chef del Siglo; otros, el rey Michelin, y ha sido uno de los pocos chefs que se ha atrevido a criticar a los examinadores de la Guía Michelin asegurando que es más importante la calidad de los platillos que los cubiertos y la mantelería. En sus restaurantes no hay reservaciones ni códigos de vestir, con el afán desmitificar la alta cocina y hacer que reine un ambiente jovial en cada uno de ellos.

EL SABOR DE LA FAMA

En repetidas ocasiones ha confesado que su filosofía gastronómica nació gracias a que percibió que muchos lugares carecían de alma, otros con buen ambiente y comida pésima, y los únicos donde se armonizaban ambas eran los locales de sushi de Japón, y los de tapas de España, por lo que el contacto directo entre el cocinero y el cliente le pareció la clave y copio la idea. Así puso en práctica algunas ideas que han definido las tendencias culinarias actuales: la pasión por el producto, las cocinas abiertas y el negro para vestir en los cocineros.

Para este multipremiado chef lo que más importa es el sabor natural y la simpleza por sobre todo, su gastronomía apuesta por la combinación de sabores, pero no más de cuatro por plato. De hecho, su platillo más célebre es un sencillo, pero espectacular, puré de papa; el caviar y el cangrejo, son otras de sus especialidades. En cada uno de sus creaciones hay una ejecución y tratamiento de ingredientes muy profesional, posee lo que se conoce en cocina como un respeto del producto, solo selecciona lo mejor y utiliza la mejor parte. Y no podemos dejar de lado su particular estilo de montaje.

En todos sus feudos gastronómicos alrededor del mundo ofrece el mismo toque, el mismo savoir-faire y la misma elaboración de productos, pero con una cocina adaptada a cada país y a sus tradiciones culinarias para que los hedonistas de todo el planeta encuentren el mismo efecto de cordialidad y jovialidad.

Desde hace muchos años el “rey Michelin” dejo los fogones para dedicarse a la investigación, hacer programas de televisión y escribir libros; cuenta con un laboratorio en París de donde salen todas las recetas, ahí experimenta y crea sus platillos con el apoyo de un gran equipo para que después éstos se replique in situ en los diferentes restaurantes.

Hoy en día, Jöel Robuchon, además de sumar galardones, recorre el mundo entero supervisando sus restaurantes y adquiriendo nuevas técnicas, pues si algo tiene claro es la importancia de renovarse o morir.