ASTURIAS


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fotos / texto Patrick Monney

Tesoro gourmet en estuche de paisajes

En el norte de España, existe un rincón verde que nos sorprende y nos lleva a descubrir las bellezas de la arquitectura del pasado y del presente, la delicadeza de su cocina, los paisajes fastuosos y la cultura Astur de sidra y quesos. Asturias se explora y se descubre al ritmo de las mejores mesas, en una región que ve hacia el norte mientras sus picos la separan del sur.

Madrid, escala en el Goya en el Ritz
El Ritz es un museo en si, clásico y elegante, decorado románticamente con un estilo “Belle époque”. Se trata de un hotel que cumplió 100 años, con una terraza que es encuentro de gente famosa y “Goya”, su excelentísimo restaurante. En este último, el reputado chef Jorge Gonzáles nos invita a degustar obras de arte culinario. Jorge utiliza los productos naturales de seleccionadas granjas y los sirve acompañados con vinos resplandecientes. Entre sus platillos estrella, cabe destacar la siguiente selección: Consomé de ave clarificado al Jerez con chantarela cibarus; seguir con las Albóndigas de jabalí con salsa de trufa Melanosporum de Soria, para terminar dulcemente con el Chocolate en texturas, té verde y aroma de Jamaica. En una segunda visita, las recomendaciones son: Alcachofa baby de Navarra confitada; Virutas de jamón y Lascas de queso D.O de la Dehelsa de los Llanos; sin dejar de lado los excepcionales Raviolis de liebre “a la royale”; Foie de pato a la plancha y peras al vino de riojas; en ésta, el gran final llega con el Cremoso de lima y jengibre acompañado de bizcocho de albahaca ¡Toda una delicia!

Más de Madrid
De museos en jardines, tiendas en tapas, galerías en teatros, siempre se redescubre Madrid en cada viaje. Comer en Madrid es un arte, y bien vale la pena probar las tapas en los mercados de San Antón y de San Ildefonso para terminar por el mercado de San Miguel, el lugar de moda. Es una aventura gourmet típicamente madrileña.

Varios restaurantes nos hacen navegar en los placeres del paladar: La Entretenida con los mejores mariscos; Atalanta con una cocina de fusión muy española; Rooster o Asiana Next Door, del chef Jaime Renedo con cocina delicada y original. A cada visitante de Madrid se le impone una visita al Corte Inglés para sus compras, pero debe dejarse conquistar por la sección gourmet en donde degustará un festival de tapas.

Asturias, la perla del norte
Donde las laderas verdes de las montañas alcanzan el mar, y se adornan de pueblos encantadores; donde el mar se derrite sobre unas playas de arena dorada o se pelea con unos acantilados. Los pueblos de Asturias hacen soñar, con una cocina que deleita el alma de los comensales.

Salinas y el Real Balneario
Una hermosa bahía delimitada por acantilados que se muestra como el lugar ideal para surf y sol, cerca de la famosa Gijón y el hermoso centro histórico de Avilés.

El chef Isaac Loya del Río deslumbra con una cocina fastuosa, frente a la playa, en un decorado marinero. Su festín nos hace probar las Anchoas del Cantábrico, Bonito del Cantábrico con ponzu y cebolletas glaseadas, Lubina al Champagne “Felix Loya”, Solomillo de ternera asado en su propio jugo con patatas grenaille; para terminar con un postre de Frutas de temporada con nata.

Lastres
Agarrado a una colina que se echa al mar, se encuentra el encantador pueblo de Lastres. Desde lo alto de la explanada de la iglesia la vista es espectacular. Bajando por los callejones empinados que parecen pintados, se admiran las casas que adornan el pueblo, como si lo estuvieran sosteniendo para que no que no caiga al océano. Detrás de las persianas se asoman los ojos de los ancianos que sueñan con la pesca del bacalao.

Ribadesella y el Arbidel
Ribadesella es un tesoro donde la ría separa el pueblo antiguo de las casas señoriales que adornan la playa, justamente donde se encuentra el hotel Villa Rosario. El pueblo es fascinante, la playa invita a correr o pasear en su orilla. Lugar muy concurrido en verano, mientras que sus otoños y primaveras son todo un placer.

En el Arbidel, en el barrio viejo, Jaime Uz Díaz es el rey. Su arte realza los sabores de los productos regionales e invita a descubrir: Gazpacho de manzana verde con sardina marinada y pría (matices de la tierra); Croquetas de 3 sabores; Risotto de centollo y pil-pil de langostino; Merluza en emulsión de citronela, algas, setas y sésamo; Roast-beef de pato con chutney de higos y kalamatas, piña y mostaza; para terminar con Frixuelo de afuega’pitu, reineta, toffe de avellana y caramelo especiado. Banquete de reyes que se transforma en festín de dioses.

Covadonga, Cangas de Onís y Casa Morán
Hacia el interior, nos adentramos en los Picos de Europa que vigilan unos valles profundos y ríos que corren hacia su fin en el mar Cantábrico; mientras que los lagos de Covadonga se alojan en lo alto.

Se cuenta que la Virgen de Covadonga provocó un desprendimiento de tierra sobre las tropas musulmanas para ayudar al rey Pelayo en 722, marcando así el inicio de la reconquista. Su santuario es un alto lugar de peregrinación y fe cristiana, donde se visita una cueva mística, su fuente, la iglesia y edificios religiosos.

Ya en lo gourmet, cerca de Benia, Onís, se puede visitar una cueva alojada en la ladera de una montaña donde se maduran los quesos de Gamoneu. La gente prepara sus quesos en las granjas y los llevan a la cueva para que maduren de 3 a 6 meses. La humedad permite ese proceso y, entretanto, las estalactitas vigilan y confieren un aire mítico al lugar. Casa Morán, en el pueblo de Benia, es la España auténtica de antes en la Asturias del pasado. Un ambiente familiar donde hay mesas de madera pesada, salas que solían ser los cuartos de una casa y una cocina ubicada en el centro. La cocinera es como la abuela, todo es como antes. La fabada que aquí se sirve es fabulosa, digna de generaciones anteriores, a la altura de todas las expectativas y al gusto del mejor paladar. Un platillo regional que es himno a Asturias.

Cangas de Onís y la hostería de Torazo
En Cangas de Onís, antigua capital del reino Astur, el puente medieval marca el paso del tiempo. En el valle, lo verde brilla bajo el sol de la tarde antes de alcanzar Torazo, alojado en una colina. Un pueblo dispuesto alrededor de su iglesia, su bar y su hórreo.

La Hostería de Torazo es el hotel/spa que recibe con la dulzura de vivir. Una mesa con la mayoría de los quesos asturianos se arma antes de degustar la cocina del chef Ramón Celorio, apasionado de la cocina mexicana, que prepara unos platillos de fusión, como: Ceviche de camarón con guacamole, milhojas de aguacate, queso fresco, huitlacoche y vinagreta al cilantro; Lámina de rape con salsa de tamarindo y chipotle; un Asado de cochinillo al estibo pibil, trenza de hojaldre , queso fresco y dulce de ate con salsa de cajeta; para un toque final con Fondant de chocolate. Cada platillo es un manjar de unión entre Asturias y México que llevan bastante historia en común, con la inmigración y los famosos indianos.

Oviedo, Tierra Astur parrilla y Naguar
Muy seguido, el valle amanece flotando en una manta de nubes, creando un surrealismo de donde surgen los picos más altos. Al llegar a Oviedo se visitan los dos monumentos prerrománicos de Santa María del Naranco y San Miguel de Lillo, auténticas joyas arquitecturales que datan de 842, construidas por el rey Ramiro I.

Oviedo brilla en el valle y, a su vez, los callejones esparcidos con estatuas marcan su historia, hasta alcanzar la catedral que alza su flecha y con un interior extraordinario. Los callizos llevan a placitas encantadoras, edificios hermosos, el hotel de la reconquista luce su imponente patio y el teatro Campoamor anuncia cada año los premios Príncipe de Asturias. El ambiente provincial alegra la ciudad. En Tierra Astur Parrilla, un túnel de botellas verdes y antiguas traviesas de rieles provocan un efecto digital al restaurante. La sidra se sirve tradicionalmente con el brazo en alto, dejándola caer en un vaso para provocar la espuma. A su vez, una Charola de quesos asturianos precede a un delicioso platillo de Huevos con pimentón, todo esto antes de atacar una exquisita Parrillada de carnes, chorizo, morcilla. Le sidra acompaña perfectamente el festín. Para terminar el recorrido gastronómico, hay que instalarse en el Naguar y degustar las creaciones de Pedro Martino: Caldito de pote asturiano emulsionado con costrones de escanda; Croquetas cremosas de picadillo; Tortín de maíz con gel de cabrales; Almejas en salsa de limón; Cochinillo asturcelta confitado con manzana osmotizada en sidra de hielo panizales. Llega finalmente el festín de despedida con la Yema quemada con migas de bizcocho y helado de mantequilla casera.

Asturias es un baúl de joyas, un mantel verde salpicado de deleites visuales que se deslizan para adornar la costa lamida por el mar azul profundo. Una tierra sembrada de campos verdes a la sombra de los picos de Europa, donde caen en rías, acantilados y playas que dibujan un horizonte de leyendas. Lugar que fascina por su gente, cocina y arte antiguo, dejando indudables ganas de regresar.