SAN MIGUEL DE ALLENDE
Un lugar mágico que ofrece un estilo de vida peculiar en el corazón de México. Gracias a su vida cultural, gastronomía, hospitalidad y belleza arquitectónica, hoy es un imperdible de lujo.
POR MARIANNA MAGOS
San Miguel de Allende, ciudad Patromonio Mundial de la Humanidad, goza de una enriquecedora vida cultural, un folclor único, un gran ambiente y por supuesto restaurantes y hoteles excepcionales que le han valido diversos reconocimientos a nivel mundial, entre ellos: La Mejor Ciudad del Mundo por Condé Nast Traveler, la mejor ciudad de América Latina y la tercera en el mundo, por la revista Travel + Leisure en sus premios World´s Best Awards.
Al llegar y caminar por sus calles empedradas del centro, en donde la conocida Parroquia de San Miguel Arcángel, sobresale a cualquier hora del día, por tener un estilo gótico de cantera rosada, uno verá desde el escenario perfecto para los enamorados que celebran su unión y festejan con la típica callejoneada en compañía de las “mojigangas”, hasta las versátiles galerías de ropa, pinturas, artesanías y joyerías.
Es en éstos mismos alrededores de la plaza del centro, es donde también hay cafeterías y panaderías de autor, heladerías, chocolaterías, tabaquerías, restaurantes y algunos hoteles exclusivos que se encuentran detrás de las originales fachadas con portones antiguos que llenan a ésta ciudad guanajuatense de color.
Y es que este gran destino se ha convertido en la cuna del lujo con lugares como Dôce 18 Concept House, en donde la icónica Casa Cohen fue restaurada y reconstruida para ofrecer contrastes entre la arquitectura colonial y la contemporánea con una concentración de lo mejor en diseño, moda y gastronomía; la fachada azul de la Casa Dragones, misma que vio nacer a uno de los tequilas más premium de México, ésta puede ser reservada para catas personalizadas; La Puertecita, el primer hotel boutique de San Miguel, y ahora un lugar lleno de confort, exclusividad y lujo.
Y qué decir de la terraza “Luna” del Hotel Rosewood, donde al llegar el tiempo se detiene para admirar la hermosa vista de San Miguel de Allende, no hay mejor lugar para tomar un trago o bien, dejarse sorprender por las opciones que el mixólogo ofrece; Áperi, el restaurante del hotel “Dos Casas”, el secreto mejor guardado de los sanmiguelenses, pues su Chef Matteo Salas, se encarga de ofrecer una propuesta gastronómica bien ejecutada con buenas técnicas y excelsos sabores, así como otras paradas gastronómicas que le han dado a esta ciudad, la reputación de tener lo mejor.
Atractivos como jugar golf, visitar los spas y las albercas privadas de aguas termales son parte de lo mucho que ofrece este destino, pues las opciones van desde jugar por la mañana, relajarse con un masaje o tratamiento, visitar los viñedos cercanos, disfrutar de un vuelo en globo, tomar un tour lleno de aventura y adrenalina a bordo de una cuatrimoto y hasta cabalgar por horas, si así uno lo desea.
Para cerrar los días, hay que admirar desde cualquier balcón de hierro forjado, las veredas empedradas y la emblemática Parroquia, San Miguel de Allende es arte, lujo, sabor y cultura, no se puede decidir a qué hora gusta más, pues por la mañana el aroma a café invade las calles y por la noche las luces se encienden para dejar que los mariachis alegren la noche para los visitantes.
Un lugar para siempre volver.