Belmond Casa de Sierra Nevada
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Por Marlene Mizrahi
Digna de vivencia y creadora de recuerdos, aparece Belmond Casa de Sierra Nevada en la ciudad colonial de San Miguel de Allende.
Al comienzo todo es simple, natural, pues aunque este recinto se considere hoy como uno de los “10 Mejores Hoteles en todo México y Centro América”, goza de un crecimiento desde su propia esencia.
Construida en 1580, Belmond Casa Sierra Nevada nace con la idea de recibir a Dios pues, en sus inicios, solía ser un convento. Al edificarse para un pueblo creyente, este espacio cuenta con una excelente ubicación: a una cuadra de la Parroquia y el Jardín Principal de San Miguel de Allende.
Surge como un lugar que transmite la pureza de un pueblo fiel y que se encuentra a tono con esa increíble ciudad que lo envuelve, fundada hace también algunos años –en 1542– y que aún mantiene el matiz de una villa colonial, con calles de piedra y varias mansiones de los siglos XVI al XVIII; mismas que se han convertido en casas particulares, galerías, restaurantes y tiendas. San Miguel de Allende es una ciudad tan atrayente, que ha logrado también cautivar al Instituto Nacional de Antropología e Historia pues la nombro, desde 1926, como Monumento Nacional; así como también a la UNESCO que en el 2008 le otorgó el distintivo como Patrimonio Mundial.
Lo divino ha permanecido todos estos años en ese espacio. Una pasión tan potente que ha logrado atravesar las construcciones vecinas, por lo que Belmond Casa de Sierra Nevada se presenta hoy como un conjunto de edificios coloniales donde cada casa o mansión es única. Son seis mansiones que incluyen: Casa del Parque, una fortaleza durante el siglo XVII; y la famosa Casa Principal, la residencia del arzobispo de San Miguel de Allende en 1580 y que es Patrimonio de la Nación.
Es por eso que al entrar a las casas o mansiones que forman el conjunto Belmond Casa de Sierra Nevada, no debe sorprender la gran sensibilidad que se percibe. Cada una de ellas contiene de seis a siete habitaciones o suites, las cuales enmarcan hermosos patios con fuentes, pequeños jardines, arcos de piedra y más.
El hotel no ha perdido su naturaleza sagrada, pues abre sus brazos para todo aquél que la visita, prometiendo paz y bienestar. Tal y como los edificios, las 37 habitaciones cuentan con un diseño independiente y, para dar aún más encanto, ellas cuentan con patios privados y entradas retiradas. Las piezas brindan placer entre sus paredes blancas de piedra, bóvedas, detalles en madera oscura, baños de Talavera, chimeneas, pinturas originales de artistas locales; así como las alfombras y otros textiles hechos a mano, que dan calor y un sentimiento hogareño único.
El “toque especial” es característico de la divinidad, y Belmond Casa de Sierra Nevada siempre se ha distinguido por su gran asistencia y atención personalizada, de hecho pertenece al grupo Belmond, gran distintivo de su carácter especial. No por nada este hotel ha sido estancia de figuras de todos los ámbitos: desde músicos, escritores y artistas, hasta altos funcionarios de la política. Todos ellos beneficiados con servicio de lavandería y tintorería, personal multilingüe, personal profesional para la organización de excursiones, cursos de arte o idiomas, actividades de aventura, servicio de cortesía nocturno, internet complementario, clases de cocina y más.
La inteligencia queda satisfecha con el espacio y la atención de Belmond Casa de Sierra Nevada, pero aquí el cuerpo tampoco se olvida, y es así como aparece la Piscina de 60 pies, el Laja Spa y el Temazcal.
El Restaurante Andanza es otro santuario dedicado al cuerpo. Un elegante y hermoso restaurante situado en Casa Principal, el cual ofrece –como era de esperarse– comida tradicional mexicana, con productos locales de temporada y servidos con un estilo sofisticado. También, muchas veces uno está tan cómodo que prefiere quedarse encantado donde está, es por eso que el hotel brinda servicio a la habitación y cuenta con menú especial de verano para la alberca.
El éxtasis es una característica más de la divinidad, y éste debe buscarse en el Blue Bar, donde se puede disfrutar de gran variedad de mezcales, tequilas, vinos, licores y, por supuesto, sangrita hecha en casa. Algunos días este lugar se vuelve aún más espléndido con música en vivo como Jazz, música Latina, o mexicana.
Los sentimientos y las cosas bonitas no serían nada sin el poder de compartirlas, es por eso que Belmond Casa de Sierra Nevada ofrece espacios para eventos, como la Galería de Arte, situada cerca de la alberca y que puede recibir hasta 30 personas; así como los salones privados que brindan un ambiente más íntimo para cenas privadas y reuniones. Y, en caso que sea algo para compartir con más de 200 personas, se cuenta con un amplio jardín detrás de Casa Parque.
Las mejores cosas siempre surgen naturalmente y crecen a partir de su misma esencia, Belmond Casa de Sierra Nevada es un gran y maravilloso ejemplo.