SAN FRANCISCO

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EL TURISMO EN SU MÁS ALTO NIVEL
por TONY SCHEFFLER Y GABY MARTINEZ
San Francisco es sin duda una de las ciudades más multiculturales y diversas del mundo ya que ahí casi como en Nueva York, arribaron diversas culturas, tanto por sus atractivas tierras como por la fiebre del oro. La ciudad gira en torno a barrios pintorescos como Chinatown, (el mayor del mundo fuera de Asía), a decenas de casas Victorianas de Alamo Square, la céntrica Union Square , el Hippie Haight Ashbury o el cada vez más turístico Fisherman’s Wharf, lugar imperdible para comer variedad de mariscos; o caminar por sus calles y encontrar famosas galerías, compras para todos los gustos, gastronomía internacional y con vista a la famosa isla de Alcatraz, una cárcel para peligrosos delincuentes incluyendo Al Capone.
MODERNIDAD, COMPRAS Y CULTURA POR DOQUIER
Llena de arte y también de la rebeldía, posee así mismo uno de los aeropuertos más importantes recibiendo vuelos prácticamente de todo el mundo. Que gran transformación de aquellos tiempos ya míticos de su fundación, cuando Fray Junipero Serra impulsaba la creación de misiones a lo largo de California. Su historia da buena fe de ello: por ahí pasaron piratas, balleneros, vagabundos, comerciantes y aventureros buscando suerte y fortuna en la región. Aquí empezó la fiebre del oro, iniciando las raíces de la ciudad que es hoy, ocasionado con ello la “imagen” la tierra prometida.
EL FAMOSO GOLDEN GATE
Este maravilloso puente conecta con Marin Headland o Marin Country, zona montañosa famosa por sus bellas vistas y en la que, podrá visitar el pequeño pueblo costero de Sausalito, residencia de artistas locales. Justo al sur de este bello lugar está la ciudad de San José y el ahora enorme complejo de Silicon Valley, que alberga a las principales compañías especializadas en investigación y desarrollo de productos electrónicos.
GRAN COMUNIDAD LGBT
Castro es el alma de la comunidad LGBT y debe su nombre a una avenida. A fines del siglo XIX el asentamiento fue elegido por numerosos irlandeses, alemanes y escandinavos que llegaron como tantos, en busca de tierras accesibles en lo que entonces eran las afueras de San Francisco. En 1970 la empezaron a poblar numerosos miembros de la comunidad hasta convertirse en la actualidad una atracción colorida y abierta, sobre todo con los neones de la noche y las banderas de arco iris.