GINEBRA EL MEJOR DESTINO RELOJERO
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Aunque la capital internacional de la haute horlogerie ofrezca más que relojes, lo importante seguirán siendo las manecillas, las maquinarias y los artesanos que fabrican los relojes más impresionantes del mundo.
por SEBASTIÁN MACERI
Los foodies tienen su Mecca: el restaurante Noma en Copenhague; los amantes de la ópera tienen La Scala de Milán; los aficionados al arte encontrarán en el Museo Louvre, en París, su Nirvana personal; los entusiastas del jazz deberán, al menos una vez en su vida, peregrinar hasta la calurosa Nueva Orleans para rendir tributo a los maestros. Todos los viajeros con una marcada inclinación tienen un paraíso propio, los apasionados por la alta relojería también, y éste se encuentra en Suiza, cerca de la frontera con Francia. Si se consulta tanto a los fabricantes y artesanos, como a los que buscan la perfección del tiempo, la respuesta es indiscutible: todo los caminos llevan a Ginebra.
En Ginebra, lugar donde nació la industria relojera en 1601, este maravilloso objeto don manecillas ocupa un lugar privilegiado, y no solo por reconocer y festejar a los maîtres horlogers y sus talleres, sino por crear una serie de tours, boutiques y museos alrededor de estos. A continuación, nuestras propuestas para sumergirse en la capital relojera del mundo.
Un nacimiento inesperado
El arte de la fabricación de relojes de lujo comenzó en Ginebra hace 500 años y lo que lo detonó fue una ley, sorpresivamente, contra la joyería ostentosa. Resulta que Jean Calvin, líder de la reforma protestante de Suiza, prohibió todo despliegue de ostentación, obligando tanto a las tiendas a no mostrar joyas con oro o diamantes, como a la gente a no usarlas. Por otro lado, Calvin aprobaba el uso del reloj considerándolo un instrumento práctico, permitiendo así su producción y venta. Los antiguos joyeros pasaron sus conocimientos a los relojeros italianos, franceses y, por consiguiente, a los suizos.
Durante el Geneva Watch Tour (www.genevawatchtour.com)podrás visitar los diversos monumentos en la ciudad que hacen homenaje a Jean Calvin, así como el Passage Malbuisson, con su famoso reloj conformado por 42 figuras de bronce y 16 relojes que suenan exactamente cada hora. Tiene también recorridos a talleres y tiendas exclusivas de Audemars Piguet, TAG Heuer, Vacheron Constantin, Zenith, entre otros.
Museo de piezas imprescindibles
Cuatro pisos dedicados a mostrar lo que hay detrás de las cortinas en la creación de unas de las máquinas relojeras más reconocidas del mundo, el Patek Philippe (www.patekmuseum.com) es el museo más grande de la ciudad. Está abierto al público y ofrece tours guiados bajo demanda. Se encuentra en un viejo edificio Art Decó en Plainpalais y, entre sus piezas maestras (algunas de ellas datan del siglo XVI), tiene el primer reloj fabricado por esta firma, cuya fecha de producción es de 1839; y la máquina más complicada: el Caliber 89, que pesa 1.1 kg y está formado por 1,728 componentes, incluyendo un termómetro y un mapa estelar.
La ciudad del tiempo
El Pont de la Machine, desde que lo construyeron en la década de 1840, ya era uno de los íconos de la ciudad. El edificio fue construido para abastecer de agua a las fuentes públicas. A lo largo de su existencia, se ha convertido en un símbolo de desarrollo industrial de Ginebra. Actualmente sigue siendo una fuente vital de energía; el agua y la electricidad han cedido lugar a la creatividad y la diversión en la Cité du Temps (www.citedutemps.com).
La Cité du Temps es un centro de exposición pública que se centra en el mundo del tiempo, alberga una gran variedad de diferentes exposiciones y actividades. Es el único lugar del mundo donde se puede encontrar una muestra permanente de relojes Swatch, y su restaurante y bar/lounge, llamado Au Phil du Temps, se ha convertido en uno de los puntos más concurridos de esta ciudad.
Rue de Rhône
Durante el viaje a Ginebra, no habrá mejor manera, después de los museos y tours, de conocer los pormenores del arte de fabricar relojes que recorriendo la calle con el mayor número de tiendas exclusivas: Rue de Rhône, llamada así en honor al Río Rhône. Esta larga calle tiene boutiques de las mejores marcas: Cartier, Adler, Bucherer, Omega, Vhernier y Panerai son apenas algunos de los nombres que muestran en sus escaparates sus más recientes creaciones.
La suite Luxury of Time, en el Mandarin Oriental
Para ser una ciudad de menos de un millón de habitantes, contar con trece hoteles de cinco estrellas podría resultar excesivo, pero toda duda se disipará cuando se esté ante la presencia de uno de los mejores: el Mandarin Oriental (www.mandarinoriental.com/geneva), que presume de la mejor localización y la mejor vista. Hospedarte en la suite Luxury of Time te dará acceso a uno de los talleres más importantes de la ciudad. Aliado con Hublot, el Mandarin Oriental ofrece una experiencia exclusiva de asistir a la Watch Academy en las instalaciones de Hublot.