CHICAGO CUNA DE LOS RASCACIELOS
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por Vicente Ochoa Leyzaola
Cosmopolita como pocas y con más arte público que cualquier otra ciudad de los Estados Unidos, Chicago te aguarda con divertidas actividades a la orilla del lago Michigan. Museos de primer nivel internacional, todo un muestrario de arquitectura moderna, buenas obras de teatro, excelentes compras y una gran variedad gastronómica que va desde las pizzas en horno de leña hasta los platillos más sofisticados de la cocina internacional.
UN POCO DE HISTORIA
Cuenta la historia que en 1871, la ciudad de Chicago fue casi totalmente destruida por un incendio. De los edificios importantes, sólo quedó en pie la Torre de Agua (Water Tower) sobre la parte norte de la avenida Michigan.
Hoy en día, la Torre de Agua es un hermoso símbolo de fortaleza y supervivencia que podrás admirar cuando camines por la Milla Magnífica, llamada así porque ahí se ubican los hoteles más elegantes, los centros comerciales más atractivos y los restaurantes más exclusivos de la ciudad; vigilados todos por la esbelta figura del edificio Hancock, uno de los diez más altos del mundo.
Notarás entonces que aquel terrible incendio sirvió, sin embargo, para crear una de las ciudades más bellas del hemisferio occidental pues, durante la primera mitad del siglo XX, se desarrolló la llamada Escuela de Arquitectura de Chicago con la cual no sólo se reconstruyó la urbe, sino que se logró un estilo propio y se inventaron los rascacielos; esos que hoy dominan el paisaje urbano a orillas del lago Michigan, aquellos que conviven con parques y plazas, con zonas arboladas y esculturas monumentales para lograr una imagen de gran armonía visual. No dejes de subir a los miradores de la Torre Sears y del edificio Hancock, pues proporcionan panorámicas realmente espectaculares.
EL CENTRO
La zona céntrica o distrito financiero de Chicago, también conocida como The Loop, es un espacio muy agradable para caminar por la mañana o al mediodía, cuando las plazas se llenan de gente y puedes admirar algunos de los edificios más interesantes como: la Torre Sears y el Chicago Center, además de recrearte la vista con esculturas tan famosas como la de Picasso, la de Alexander Calder y la de Jean Dubuffet, así como un gran mosaico de Chagall. Todas ellas distribuidas en este espacio que también es considerado como el distrito de los teatros, pues ahí encontrarás los escenarios más importantes para asistir a todo tipo de obras.
Si te gustan las compras, aquí encontrarás muy buenas tiendas departamentales y toda clase de boutiques especializadas, con el atractivo adicional de que los precios son más bajos que en la Milla Magnífica.
Una buena opción para apreciar la arquitectura de esta ciudad es tomando el tour de la Fundación Arquitectónica de Chicago, el cual se realiza a bordo del barco First Lady y recorre un gran tramo del río Chicago, con muy buenas explicaciones sobre los edificios más importantes.
También puedes elegir la opción que ofrece Chicago Trolley, una compañía que realiza tours por los puntos más interesantes de la ciudad a bordo de simpáticos camioncitos tipo tranvía antiguo, con la ventaja de que si compras un boleto de un día completo, puedes subir y bajar cuantas veces quieras en todas las paradas de la ruta.
CULTURA Y DIVERSIÓN
Caminando por The Loop, al cruzar la avenida Michigan encontrarás el Instituto de Arte de Chicago, sin duda uno de los museos de artes plásticas más importantes del mundo, con una excelente colección de arte clásico griego y romano, así como grandes piezas del impresionismo y otras escuelas más recientes. A ambos lados y en la parte posterior de este museo se ubica el parque Grant, una extensión verde que te invitará a caminar entre fuentes y esculturas, siempre con vista al lago.
Al final del parque te toparás con un conjunto muy atractivo conformado por el Planetario Adler, el Museo Field de Historia Natural y el Acuario Shedd. El primero te impactará con funciones astronómicas de muy avanzada tecnología; el museo Field exhibe, entre otras cosas, el esqueleto de Sue – el Tiranosaurio Rex más completo y mejor restaurado del mundo –; mientras que el acuario ofrece una divertida incursión a los ambientes acuáticos de todo el mundo, incluyendo una excelente muestra del Amazonas, una exhibición de caballitos de mar y un buen show de delfines.
NAVY PIER, ALEGRÍA PARA TODOS
Sacando provecho a los viejos muelles del lago Michigan, Navy Pier es un centro de diversión familiar que seguramente disfrutarás durante varias horas.
El Museo de los Niños de Chicago y una moderna pantalla Imax son apenas el comienzo de la aventura, la cual incluye también una zona de juegos mecánicos, 80 tiendas, cinco restaurantes, un área de comida rápida, un jardín botánico y el Teatro Shakespeare de Chicago (una de las compañías teatrales más importantes del país).
Independientemente de lo anterior, encontrarás un gran disfrute en sólo pasear a lo largo del muelle, con una espléndida vista de la ciudad, por un camino lleno de esculturas y siempre con la tentación de abordar alguno de los barcos que realizan cruceros por el lago Michigan.
LA MILLA MAGNÍFICA
Por la tarde, nada mejor que un paseo por la Milla Magnífica (avenida Michigan Norte), donde encontrarás algunas tiendas realmente espectaculares, como Nike Town (con seis pisos de productos de esa marca) o Sony Gallery (con cinco pisos de artículos Sony), así como boutiques, joyerías, tiendas de decoración, galerías de arte, perfumerías, chocolaterías y grandes almacenes que ofrecen algo para cada gusto.
Si quieres pasar un buen rato y tomar una copa, lo más recomendable es subir al bar que se ubica en el piso 96 del edificio Hancock, desde donde se domina toda el área. En cambio, si te gusta la alta cocina internacional, no dejes de hacer una reservación en NoMi, el restaurante del hotel Park Hyatt que, según los críticos especializados, está marcando nuevas pautas en lo que a experiencias gastronómicas se refiere.
Para terminar la jornada, Chicago te ofrece excelentes centros nocturnos con lo mejor del jazz y blues de los Estados Unidos, así como buenas temporadas de ópera, ballet y música sinfónica.
CHICAGO, CIUDAD LLENA DE ARTE
La primavera y el verano son una verdadera delicia en Chicago debido a la posibilidad de realizar un buen paseo por The Loop, que es el distrito financiero, así como por los parques y museos que se ubican al cruzar la Avenida Michigan.
Resulta que, junto a los extraordinarios rascacielos de oficinas y corporativos, hay siempre pequeñas o grandes plazas donde la gente suele reunirse al mediodía para tomar el almuerzo y un poco de sol. Debido a eso, la ciudad se ha preocupado por embellecer sus espacios con obras de arte, que hoy son un regalo para todo aquel que camine por ahí.
La más antigua de las esculturas que podemos ver a cielo abierto es una creación de Pablo Picasso ubicada en el Chicago Civic Center, frente al Centro Daley. Fue un regalo del autor para la ciudad y se inauguró en 1967, tiene más de 15 metros de altura y pesa 162 toneladas. Muy cerca de ahí, junto al City Hall, encontramos “El Sol, la Luna y una Estrella”, obra de Joan Miró instalada en abril de 1981 y se le conoce también como Miss Chicago. A sólo una cuadra se ubica “Monumento a la Bestia de Pie”, escultura totalmente abstracta del francés Jean Dubuffet, enorme mole en blanco y negro que llama la atención de todos los transeúntes.
Mucho más reciente, pero ya muy famosa entre locales y visitantes, es la escultura llamada Cloud Gate, mejor conocida como The Bean (El Frijol) por su forma orgánica. Data del 2006 y es obra de Anish Kapoor, artista británico de origen hindú. Se ubica en la Plaza AT&T, dentro del Parque Millenium y es, efectivamente, como un enorme frijol metálico que recuerda al mercurio líquido y refleja los edificios cercanos de una manera muy interesante, por lo cual todo mundo quiere tomarse una foto ahí.
En cambio, si se aventura por el Centro Aon, encontrará dos Esculturas del Sonido, obra de Henrio Bertoia, las cuales rememoran a los trigales del Medio Oeste y producen una música metálica con la acción del viento.
En el número 70 de la calle West Madison encontramos dos hermosas esculturas de Henri Moore tituladas “Forma Interna” y “Externa Vertical Grande”, pues Moore decía que no se debía dar títulos muy explícitos a las esculturas, sino que debían tener un cierto misterio para el espectador. No muy lejos, sobre la calle Dearborn, podemos admirar un hermoso mosaico monumental de Chagall que es una verdadera delicia para la vista. A sólo dos calles, en la llamada Plaza Federal, es imperdible “El Flamenco”, una enorme estructura metálica en tono rojo que es obra de Alexander Calder. Mientras, en el edificio Federal Metcalfe se exhibe una serie de esculturas de Stella Franco que hacen homenaje a la novela Moby Dick de Herman Melville.