SIRENA YACHTS 88


UN CANTO MITOLÓGICO

por EDMUNDO A. EGUIARTE
fotos SAND PEOPLE COMMUNICATION – SIRENA MARINE (JEFF BROWN)

Turquía, un lugar que evoca algo exótico, una mezcla entre occidente y oriente y – sobre todo – una tradición marina que pocos pueblos tienen. Además de ser un pueblo riquísimo en muchos aspectos desde la gastronomía y la religión hasta lo cultural. La dinámica comercial corre por sus venas y al ser un crisol de distintas tradiciones milenarias en su trato cotidiano es un pueblo que se siente cómodo tanto con occidentales como con orientales y por ello suelen ser excelentes mediadores.

En el tema náutico tienen grandes ventajas tanto para la manufactura, con mano de obra calificada por generaciones de construcción naval; por su situación geográfica entre el Mar Negro y Mar Egeo un lugar de convergencia comercial milenaria, cuna de la medicina moderna y de los primeros estados modernos también.

Sirena Marine es una empresa con una historia muy interesante, comenzó como proveedor de algunos componentes para un astillero italiano y fue desarrollando una relación muy interesante que terminó por convertirse en una alianza. Después de enamorarse de la industria marina dio un brinco a la fabricación de veleros (Azuree y Euphoria) y yates a motor (Sirena Yachts).

Como los diversos mitos que hay sobre las sirenas, en este caso el canto de este de 88 pies hace que los que lo llegan a escuchar caigan enamorados y atiendan a ese llamado sin dudarlo. Quizá los acabados, o los espacios delicadamente planeados, los dos jacuzzis que puede tener y la versión estándar con cinco camarotes, o también podría ser el amor y cuidado con el que se manufactura cada uno de los yates que salen de la línea de producción. También pueden ser todas las anteriores ya que el conjunto, además de ser hermoso, es funcional y muy cuidado.

Desde el Flybridge podemos percatarnos del excelente diseño aplicado a un yate, recordando que estamos a bordo de una embarcación menor a los noventa pies, la sensación es que estamos en algo mayor a cien pies. Partamos de la base que podemos tener dos opciones para el Flybridge, la parte de popa puede ser espacio para dos camastros o en su defecto puede ser un asoleadero corrido que va de babor a estribor. En cualquier caso es el espacio perfecto para un jacuzzi.

La cubierta principal es otra joya de la arquitectura náutica, de entrada porque toma un nivel intermedio entre el Flybridge y esta cubierta para ubicar el puente de mando, lo que proporciona un espacio separado de todo lo demás para el capitán y algunos miembros de la tripulación y le da más espacio para invitados – por ello es que en este 88 pies tenemos cinco camarotes.

En esta cubierta está ubicado el camarote principal que es un monumento a la buena vida, aprovecha la mejor parte del barco en términos de cercanía a todo, tiene acceso al puente de mando y a la cubierta inferior en el foyer de entrada, a unos pasos podemos dirigirnos al exterior a la parte de proa en dónde encontramos el segundo jacuzzi – aunque tiene más la construcción para considerarla alberca –, que puede ser cambiado por una mesa orientada hacia la proa que nos permite tener una especie de terraza exterior.

También aquí está ubicada la zona social – interior – del yate con un comedor para diez personas, una cómoda sala y en la parte exterior en la popa encontramos otra terraza que nos permite apreciar el exterior totalmente cobijados por un techo, puede ser también un comedor exterior si el clima y la navegación lo permiten.

Por último, pero no por ello menos importante, está la cubierta inferior en la que se encuentran los camarotes tanto de invitados como de tripulación. De invitados encontramos una master suite con dimensiones bastante generosas, sobre todo porque se encuentra ubicada al centro del casco lo que le proporciona la mayor manga disponible y, además, la mayor estabilidad a bordo. Un poco más hacia la proa encontramos dos camarotes con camas dobles, uno en cada costado y el de estribor tiene el baño un poco más reducido debido al espacio que se requiere para las escaleras. Por último encontramos el cuarto camarote que podríamos denominarlo como VIP ya que es más amplio que los dos anteriores y cuenta con una cama matrimonial. Cabe resaltar que ningún camarote comparte baño, todos cuentan con baño independiente.

Dejamos para el final la cereza del pastel, el genio que está detrás del excelso manejo de espacios y la distribución tan inteligente fue nada más y nada menos que Germán Frers, uno de los diseñadores más aclamados, sobre todo, por sus diseños de yates de carrera y la mancuerna perfecta se hizo con Cor D. Rover, encargado del diseño interior, juntos son una – discreta – bomba atómica y digo discreta porque no es una bomba llamativa (a pesar de la herencia latina de Germán Frers) sino una muy pulida y bella pieza que no podría confundirnos.

A diferencia del rito de la sirenas, el canto de la Sirena Yachts 88 no es engañoso es simplemente un reflejo de lo que se tiene a disposición para navegar en cada uno de los ochenta y ocho pies de éste yate.