PININFARINA BATTISTA


LA NUEVA CARA DE UNA MARCA AÑEJA

por Edmundo A. Eguiarte
fotos Automobili Pininfarina GmbH

Entendiendo añejo como algo positivo, como un je ne sais quoi que solo se obtiene a través de la maduración, la experiencia y la paciencia, algo que las grandes leyendas se pueden permitir. Y este vehículo marca varios hitos internos para Pininfarina, el primero la materialización de un sueño que comenzó con Battista “Pinin” Farina en 1930, mayo 22 para ser precisos en la planta Corso Trapani. De la mente maestra de “Pinin” Farina surgieron vehículos épicos de marcas como Lancia, Alfa Romeo, Isotta-Fraschini y Fiat. Para 1931 surgía a la vista del mundo el aclamado Lancia Dilamda en el Concours d’Elegance de Villa d’Este (Tivoli, Italia). Los primeros logros tampoco fueron nimiedades, al contrario estamos hablando de dos grandes de la historia automotriz: Hispano Suiza Coupé y el Fiat 518 Ardita.

En fechas recientes, lo que comenzó como una fábrica de carrocerías y un despacho de diseño externo para marcas como Ferrari, Alfa Romeo y muchas otras marcas en distintos ámbitos, en el pasado Autoshow de Ginebra – edición 2019 –, Pininfarina dio un paso adelante y presentó esta belleza eléctrica.

Hoy las dimensiones definitivas son una incógnita. Los datos más relevantes disponible son, sobre todo, de desempeño; las medidas finales aún no son reveladas pero con lo que han dejado saber es suficiente para augurar un éxito rotundo.

De entrada, solo 150 unidades serán fabricadas, la potencia de su tren motriz es superior a los 1900 caballos, un torque máximo de 2,300 Nm, velocidad máxima de 350 km/h (seguramente limitada) y una autonomía de 450 kilómetros son sólo algunos de los datos que nos dan tela para cortar y saber que será un vehículo de colección y muy posiblemente sea el parteaguas para que la marca se convierta ahora en un reconocido fabricante de autos.

Vale la pena resaltar que Pininfarina ha dejado su huella en muchísimos ámbitos – desde la perspectiva del diseño – tales como: diseño de yates, arquitectura, relojería, teleféricos, máquinas expendedoras, aviación (privada y comercial), diseño de mobiliario e inclusive diseño de una botella de whisky.

Volviendo a este vehículo todo en él sorprende, el bagaje y conocimiento acumulado en sus casi 90 años de existencia dejan marca en cada detalle, desde la parte estética, hasta la parte de ingeniería y evidentemente en el desempeño y aerodinámica. Este año se conmemora el 90 aniversario para la marca y para ese aniversario es que se completará el desarrollo y se comenzarán a hacer las primeras entregas a los propietarios de esta joya automotriz.

Estéticamente tiene un dejo de Ferrari en los costados pero el frente y la parte posterior son una declaración de Pininfarina y sus intenciones para el futuro de la marca. Las luces traseras son impresionantes, desde mi óptica lo más llamativo, parecen volar sobre el resto del chasis. Otro elemento que se convierte en punto focal – y seguro no es obra de la casualidad – es el centro de carga que se encuentra localizado en la parte baja del medallón (cuyo diseño es espectacular también).

Definitivamente este vehículo marca un hito tanto para Pininfarina, como para la industria automotriz, el diseño industrial (y gráfico) y para todos los ámbitos tocados por estas disciplinas.

Un hecho que no es muy común ver, que saca de la zona de confort a cualquier organización pero se vuelve – valga la analogía – un motor de cambio para toda una industria, sobre todo, por la utilización de una planta motriz eléctrica.